sábado, 6 de febrero de 2010

El silencio de la gente buena

Con el respaldo de los grupos de poder el diputado Julio Romero, está en la boleta electoral para repetir. Fue acusado de “seducir”, por violar una menor y negarle el sustento al producto de esta infracción. Ante las denuncias en los medios de comunicación, el diputado asumió la paternidad y su responsabilidad de manutención.

¿Por qué el Ministerio Público no se da por enterado? Es letra muerta la ley 136-03, que crea el Código para el Sistema de Protección y los Derechos Fundamentales de Niños, Niñas y Adolescentes. El consentimiento de un menor no existe, de la misma manera que antes de cumplir 18 años no puede firmar un contrato, ni puede hacer ciertos hechos de la vida civil, tampoco puede prestar su consentimiento para tener relaciones sexuales. Un menor no tiene derecho de ejercicio ciudadano, no tiene madurez ni física ni emocional, por lo tanto: “Todo acto sexual con una menor de 18 años se presume una violación”.

¿Por qué a la Cámara de Diputados no le ha interesado castigar el delito confesado por el diputado? Un único intento de interrogatorio fue suspendido por falta de quórum, jamás han tenido tiempo para ello, ni para defender a las mujeres pobres. La complicidad de los diputados y diputadas se patentizó, “la clase no se suicida”.

Crecí escuchado Tribuna Democrática, mamando de la sabia de Peña Gómez, por tanto me duele escribir que el Partido Revolucionario Dominicano premia el acto vandálico, de seducir y violar una menor, incluyendo a Romero en la boleta electoral. Los perredeistas afirman: Julio Romero es un hombre “intachable y honesto”. Un lugar solemne, que debería ser respetado, es el sitial elegido por la cúpula del PRD para proclamar de manera oficial al candidato violador, el Aula Magna de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), un espacio vedado para los sinvergüenzas. Esta boleta huele mal.

Romero, afirma que se le juzgó como si fuese un musulmán y que él simplemente es un dominicano que forma parte de una sociedad en la cual tener hijos en la calle, sin importar que sea con una menor, es parte de la cotidianidad.

Julio Romero será nuevamente diputado por el PRD con el aval del Ministerio Público, del Congreso Dominicano, del PRD, y de todas y todos los que se queden tranquilos, callen y asuman que no hay nada que hacer.

Me despido con una frase de Gandhi: “Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala, es el silencio de la gente buena”

jueves, 4 de febrero de 2010

Falcemia, muertes prevenibles

En el hospital infantil Robert Reid Cabral, la causa número uno de ingresos por trastornos genéticos, es una enfermedad que se puede diagnosticar en el primer trimestre del embarazo, antes de las 12 semanas de embarazo. Además consultan más de de 2,000 niños y niñas por este mal prevenibles, anemia falciforme o falcemia, una enfermedad hereditaria con un alto índice de morbilidad y mortalidad. Según la hematóloga, Rosa Nieve Paulino, subdirectora del hospital, en Neyba, región 4 de salud: “la prevalencia es superior a 7 u 8 por ciento, lo que implica que es muy alta”. (A. Ortiz, Hoy). Hay países del África en los que uno de cada seis individuos es portador del gen y en los EEUU, el 10% de los negros lo son.

La anemia falciforme se caracteriza por episodios de dolor, anemia, infecciones serias y daño en órganos vitales. Los síntomas de la anemia falciforme son causados por una hemoglobina anormal (la proteína de los glóbulos rojos que transporta el oxígeno desde los pulmones hacia todo el organismo). Si tuviesen descendiente dos personas portadores de la falcemia, un 25 por ciento podrían tener hijos con esta enfermedad grave, otro 25 por ciento serian sanos y el resto portadores. La enfermedad no tiene hasta la fecha curación, con costosos tratamientos, algunos falcémicos llegan a la adultez, pero en promedio mueren alrededor de los veinte años. El tratamiento actual va dirigido a solucionar las manifestaciones clínicas, así como a educar al paciente y sus familiares en la prevención de los episodios de crisis y complicaciones.

Las mujeres deberían de saber si son portadoras antes de embarazarse, en su defecto en el primer trimestre del embarazo. De ser portadora, se debe realizar la prueba de falcemia al cónyuge. El diagnostico prenatal es posible en las primeras semanas de embarazo. En nuestro país, donde la Falcemia es un problema serio de salud pública, que si bien el sistema legal se opone al aborto, acepta que toda pareja tiene derecho a saber si es portadora o no de la enfermedad, debería exigirse el análisis antes del casamiento. No impedir que éste tenga lugar, pero sí explicarle a los contrayentes portadores de falcemia, las probabilidades de sus descendientes padecer la enfermedad.

El costo de la anemia falciforme es alto, sobre todo para un país con una inversión baja en salud, realizar trabajos de investigación y mejorar la divulgación es una prioridad de Estado.