sábado, 24 de octubre de 2009

Frutos de la Reforma Constitucional

La hija de Ana María, la joven con síndrome de down violada por un desconocido, es la primogénita de la Reforma Constitucional. “Según su madre, ella no puede hablar ni amamantar a la bebé porque ni siquiera está conciente de que es suya”, reporta Yhajaira Figari en Clave Digital. ¿Es justo para un ser humano venir al mundo sin que su madre ni padre tenga conciencia de ella? Ser engendrado por una violación sexual, y además cohabitar en un cuerpo que no reconoce su presencia nos muestran a las claras que su embarazo no puede ser un designio de dios. Un país donde una persona discapacitada, violada y embarazada lleve su embarazo a término, y encima la sometan a un trabajo de parto, sólo puede catalogarse como jungla o una aldea de bárbaros

Los responsables de que una joven con síndrome de down embarazada por violación tenga que terminar su embarazo son las y los asambleístas que votaron a favor del maléfico artículo 30/38 que defiende la vida desde el momento de la concepción. Los enérgicos defensores de la vida son los culpables de que en los hospitales se negaran a interrumpirle el embarazo. No puedo excomulgar a las autoridades de salud. No me cabe la menor duda de que si esta joven con síndrome de down y embarazada hubiese sido hija del médico que la recibió le hubiese interrumpido el embarazo, a pesar de las posibles repercusiones. Me da pena que profesionales de la salud se presten hacerle juego a una Constitución sin ningún grado de indulgencia humana.

Las y los culpables de que la abuela esté pidiendo limosnas para su nieta, son los defensores aguerridos del artículo 30/38. Los que defendieron la vida desde el momento de la concepción: el Presidente de la Asamblea Constitucional, los asambleístas del FNP, del Partido Reformista, del PRD, incluyendo al diputado violador de adolescentes y los asambleístas del PLD, con excepción de las y los 28 que votaron en contra de esta violación a los derechos humanos. Estos asambleístas, desde su vida de privilegios no se enteran que esta niña nació para mendigar. Para resarcir es posible que quieran contribuir con la causa y mandar una ayuda de lo que les sobra. Esta niña no merece donativos. Vino a este mundo por culpa de ustedes y ustedes deben hacerse responsables de ella por lo menos hasta que cumpla los 18 años. Así estarían de verdad, protegiendo la vida.

domingo, 18 de octubre de 2009

Dimita

Las estadísticas de nuestro país en materia de violaciones y niñas/ esposas abandonadas son escalofriantes. La sociedad, los medios de comunicación y las instituciones condenan con frecuencia esta situación achacándola a varones sinvergüenzas que se aprovechan de las niñas y las dejan desamparadas. De hecho, no solamente somos nosotros los abochornados por esta situación, sino que en muchos espacios internacionales somos conocidos como un país en el que hasta la prostitución infantil es reclamo turístico. La Secretaria de Salud y la Secretaria de la Mujer, entre otras, intentan disminuir nuestras inadmisibles cifras de embarazos en adolescentes. A pesar de los esfuerzos, no logramos avanzar lo sufienciente.

En medio de todas estas crisis sociales nos aparece el diputado Julio Romero diciéndonos que fue seducido por una menor y que, en todo caso, el Comité de Ética no aprobara su destitución. Con la frescura y descaro, alega que en República Dominicana violar una menor es normal… Que el incumplimiento de la ley sea promovido por un legislador no recuerdan las páginas de la historia universal. Entiende y lo expone en público, que quebrantar la ley es normal en nuestra querida Quisqueya.

¿Por qué si la gente ve como normal el que sea cesado o destituido de su puesto sus compañeros de grupo y de Congreso observan un comportamiento tan sórdidamente cómplice? Máxime cuando pertenece a un partido político que pretende ser alternativa de poder en las próximas elecciones, con un discurso moralizante y un carácter netamente farisaico. Un congresista del partido de José Francisco Peña Gómez, que pertenece a la Internacional Socialista, no puede violar niñas y quedar impune.

¿Por qué tenemos que soportar que esta gente esté en el poder? Yo, desde luego, no lo entiendo ni lo acepto, ni creo que la sociedad admita que reglamentos parlamentarios impidan el procesamiento y destitución del diputado violador.

Ya no sólo se utiliza el PIB para calibrar el avance de un país. En la actualidad se habla de gobernanza, esto es, prácticas de buen gobierno vinculadas a valores éticos como requisito imprescindible para el orden social justo. Cuando veo los hospitales repletos de niñas que no se atreven a denunciar al violador por miedo a represalia se me abren las venas, y ahora nuestro diputadito les quiere llenar de moscas la boca.

Señores diputados y diputadas hagan que este señor salga de nuestro Congreso. Señor Julio Romero, usted no necesita un dictamen del Comité de Ética sino una regeneración de su conducta. ¡Dimita!

jueves, 15 de octubre de 2009

Sonrisas y lágrimas en la ONU

Escribo este artículo desde la ciudad de Nueva York. Una ciudad mítica porque en ella se han desarrollado grandes eventos históricos de la cultura, de la sociedad y de la política. Es la ciudad de Jane Fonda, es la tumba de John Lennon, es una canción que Frank Sinatra traslado a todo el mundo.

Y en su corazón, en la parte este de la isla de Manhattan se halla la sede de las Naciones Unidas. Una organización muy criticada por su inoperancia. Una organización que los escépticos de la política, esto es, los habilidosos en descalificar e incapaces de construir, la consideran inútil.

Es cierto que todos y todas esperamos más y pedimos más a las Naciones Unidas, pero también es cierto que poco contribuimos a fortalecer su presencia activa en nuestros países. Sin embargo, nadie podría concebir el mundo actual sin las actividades que desarrollan las Naciones Unidas.

Mi presencia se debe a la participación en uno de los eventos que organiza esta Institución llamado “Adelanto de la Mujer”, a la cual he tenido el gusto de ser invitada y escuchar a nuestro embajador Federico Alberto Cuello Camilo. En su presentación hizo hincapié en la evolución de la legislación hacia la igualdad, y en los planes de igualdad de género al que todos y todas aspiramos.

En todo caso, con el respeto que merece su intervención y al gobierno que representa, omitió algunos de los problemas graves que aquejan a la sociedad dominicana en el ámbito de la igualdad entre los géneros.

En primer lugar, la lentitud en la acción de gobierno de todos los poderes públicos en pro de la igualdad es de una lentitud exasperante. Muchos países de nuestro entorno económico y social avanzan más deprisa, y eso hay que corregirlo.

En segundo lugar, la presión de algunos poderes anacrónicos ha convertido el debate constitucional en una discusión propia de principios del siglo XX y no del siglo XXI. No puedo ocultar mi vergüenza al ver como presumimos en el extranjero de nuestros avances, mientras en nuestra casa hacemos barbaridades, como el espantoso artículo 30.

Este artículo mancilla la honorabilidad internacional de nuestro país al convertirnos en uno de los dos países del mundo en que los derechos reproductivos quedan en peor lugar que antes de constituirse el Estado democrático. Sonrisas y lágrimas, pero siempre esperanza.

jueves, 1 de octubre de 2009

Menopausia y tratamiento

Se considera que una mujer está en la etapa de la menopausia cuando ha pasado un año desde la última vez que vio la menstruación. Excluyendo la posibilidad de un embarazo o de una patología o medicación que provoque la ausencia del periodo menstrual.

La menopausia es una etapa natural del proceso de envejecimiento caracterizado por la caída de la producción de las hormonas femeninas (estrógenos y progesterona). Anuncia el fin de la capacidad reproductiva, pero jamás de la vida sexual. El climaterio es el período previo y posterior al cese de la menstruación. En este período se producen cambios hormonales hasta finalizar la función ovárica. El climaterio se presenta aproximadamente entre los 42 y 56 años.

Igual que en sus inicios, durante el climaterio la menstruación se vuelve también escasa e irregular, en ocasiones es de tipo manchado hasta que desaparece por completo. Este período se puede acompañar de algunos de los siguientes síntomas: calores intensos o sofocones, sudores nocturnos, problemas para dormir, resequedad vaginal, cambios en el estado de ánimo -inclusive depresión-, problemas urinarios -tales como ardor o dolor al orinar, pérdida de orina al toser, reír, estornudar-, menos interés en el sexo, pérdida de la masa ósea (osteoporosis).

A todas las mujeres les deja de llegar la menstruación, pero no todas tienen síntomas intolerables, que necesiten tratamiento. En muchas mujeres, los síntomas descritos y propios de este trayecto de la vida desaparecen sin grandes inconvenientes. Otras mujeres requieren terapia para los síntomas.

El tratamiento puede incluir medicamentos que contienen hormonas que los ovarios dejan de producir. La terapia hormonal suele recibirse a través de píldoras, parches, cremas tópicas o vaginales, o con un sistema intrauterino (Mirena).

Para prevenir el deterioro de los huesos, la mujer requiere realizarse una “Densitometría ósea”. Un estudio sobre la calidad de los huesos; además, debe ingerir 1,500 mg de calcio diario.

La adaptación a todos estos cambios depende en gran medida del conocimiento que tenga la mujer acerca de los procesos naturales de su cuerpo. El tratamiento hormonal, bien indicado es beneficioso. Para saber qué tipo de hormona y qué cantidad utilizar, es imprescindible que la mujer consulte a un especialista en el área.