martes, 19 de enero de 2010

El vecino es la familia más cercana

Cuando las aguas del río Soleil inundaron Jimaní, el 24 de mayo del 2004, el primero en llegar a socorrer a las y los dominicanos fue el pueblo haitiano. La comunidad haitiana inauguró con comida, y aliento los primeros días posterior a la hecatombe. Acogieron las victimas de la catástrofe en sus brazos. En momentos de desastres, Haití, Republica Dominicana y su gente siempre han estado juntos.
En término de lo cultural vivimos en sentido de solidaridad, de apoyo, de entrega al de al lado. El vecino es tu apoyo, tu hermano. La familia más cercana es el vecino, quien te presta los primeros auxilios. Esta en la base de nuestra cultura en especial en la zona rural donde vive el 38.39 por ciento de la población dominicana (ONE 2002). En las grandes torres de la urbanidad el sentido de apoyo en el día a día se va perdiendo, nos damos el lujo de importar modelos culturales alienantes. Cuando la muerte es inminente, sin importar el color de su piel, todas y todos salimos a socorrer a nuestros hermanos.

A pesa de que hay personas urbanas de la clase dominante, que todavía quieren envenenar al país con visiones xenofóbicas, sobre la exclusión de los haitianos. En estos momentos el pueblo dominicano demuestra que hace uso de sus valores culturales, de apoyo al vecino. Ha sido la mano amiga en momentos de desesperación.

Un número considerable de haitianos se encuentran en estado de pánico, (no el pánico de Lubrano), estos están inmóviles y aterrados ante la imposibilidad de no tener noticias de sus familiares, de no saber si viven o han muerto. Esta gente, ilegal o no, necesita el apoyo y solidaridad de las y los dominicanos. Preguntar si han tenido noticias de sus familiares es acompañarlos en su dolor, tocarlos y si te lo permites, abrazarlos es terapéutico, los abrazos genuinos sanan.

Haití se necesita todo, es buen momento para que los países con mayor riqueza creen un nuevo Haití, el Haití que le deben a esta población sumergida por siglos la orfandad.

Dona tu sangre por Haití

El elemento más importante para sostener a los sobrevivientes del terreromoto en Haití es el agua, luego viene la sangre. Para resistir la muerte es imprescindible disponer de sangre.
Hasta el momento, según estimaciones de la Federación Internacional de la Cruz Roja, a partir de los testimonios de los servicios de rescate que actúan sobre el terreno, el movimiento telúrico ha causado la muerte de 50 mil personas. Los afectados podrían llegar a 300.000 personas.

Para continuar dando muestra de solidaridad, el Centro de Operaciones de Emergencias (COE) dijo que durante la jornada de ayer unos 2000 heridos fueron atendidos en dos hospitales de Jimaní y Barahona, y que 200 de ellos fueron intervenidos quirúrgicamente. Es imperioso transfundirle sangre.

¿Qué hace falta para donar sangre?

En general pueden donar sangre todas las personas que gocen de una salud normal, mayores de 17 años de edad y con un peso superior a los 110 lbrs. Prácticamente cualquiera puede ser donante de sangre. La cantidad de sangre que se concede es habitualmente 0,4 litros. Las mujeres y los hombres donan la misma cantidad, no afecta la salud.

A pesar de que el médico tiene la última palabra acerca de los beneficios de que dones, no obstante, se ha establecido una serie de filtros generales para no calificar como donante.

• Estar en ayuna.
• Hepatitis
• Tuberculosis
• Anemias
• Extracción dentaria en los últimos tres días
• Tatuajes en los últimos 6 meses
• Sífilis o enfermedades de transmisión sexual
• Hemorragias o transfusiones en los últimos 12 meses
• Intervenciones quirúrgicas, partos o abortos en los últimos 6 meses
La determinación de la hemoglobina se realiza antes de donar e indica sí ese día tienes sangre para regalar. Las mujeres pueden donar sangre, si no están embarazadas, ni tienen anemia.
La Cruz Roja Dominicana ha hecho un llamado a las personas que puedan donar sangre para auxiliar a las víctimas del sismo en Haití. Se pueden dirigir a la Cruz Roja o al hospital más cercano
Banco de Sangre Cruz Roja Dominicana
Calle Juan Henriquez Dunant No. 51,Miraflores
Contacto: Sonia Pichardo
809-334-4545
Donar sangre es un acto de humanidad, miles de sobrevivientes agradecerán tu gesto. Dona tu sangre por Haití.

sábado, 9 de enero de 2010

La delincuencia es producto de la impunidad

Con cerrar los sitios de diversión del pueblo no se ataca la delincuencia. Claro está, esto no incluye los hoteles para extranjeros, o para ricos, donde la gran masa de la población dominicana no puede entrar. Con prohibirle al pueblo ahogar en alcohol sus penas, su hambre, su frustración, tampoco disminuye la delincuencia.

Como se trata de tirar a ver a cuál pega, ¿por qué no mejor eliminar la impunidad? Tenemos más de 15 años esperando por los responsables de la desaparición y muerte de Narciso González, “Narcisazo”, en mayo de 1994, a raíz de criticar y acusar al gobierno del entonces presidente Joaquín Balaguer y a militares de alto rango de cometer fraude electoral en los comicios presidenciales. Ninguna autoridad reconoció la detención de Narcisazo, pese a declaraciones de testigos.

La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) pidió al presidente Leonel Fernández, su intervención para acelerar la investigación en torno al secuestro y desaparición del periodista Narciso González.

En una visita a la Universidad Autónoma de Santo Domingo, cuando un grupo de estudiantes a coro le exigía la aclaración del caso de Narcisazo, el presidente Fernández afirmó: "Tengo motivos adicionales para que se haga justicia, con quien fuera mi profesor de primaria, por lo que la investigación de este caso no permanecerá oculta y de descubrirse, para los autores tampoco habrá impunidad".

¿Por qué el presidente Fernández no demuestra su nivel de compromiso en la lucha contra la impunidad procurando que sean arrestados y sometidos a la justicia los culpables de la desaparición y muerte de Narcisazo?

¿Es que los secuestradores y asesinos de Narcisazo son toros y vacas sagradas protegidas por un manto? La denuncia es el mejor antídoto para la epidemia que corroe nuestro Estado, la impunidad.

Seguimos esperando que se haga justicia contra uno de los mayores crímenes a la humanidad: la impunidad.

Como dice la canción de Víctor Manuel: “Puedo vivir sin gobierno, sin policías, sin héroes que me salven, pero no puedo vivir sin memoria, sin memoria de tantas cosas que he vivido”.