sábado, 9 de enero de 2010

La delincuencia es producto de la impunidad

Con cerrar los sitios de diversión del pueblo no se ataca la delincuencia. Claro está, esto no incluye los hoteles para extranjeros, o para ricos, donde la gran masa de la población dominicana no puede entrar. Con prohibirle al pueblo ahogar en alcohol sus penas, su hambre, su frustración, tampoco disminuye la delincuencia.

Como se trata de tirar a ver a cuál pega, ¿por qué no mejor eliminar la impunidad? Tenemos más de 15 años esperando por los responsables de la desaparición y muerte de Narciso González, “Narcisazo”, en mayo de 1994, a raíz de criticar y acusar al gobierno del entonces presidente Joaquín Balaguer y a militares de alto rango de cometer fraude electoral en los comicios presidenciales. Ninguna autoridad reconoció la detención de Narcisazo, pese a declaraciones de testigos.

La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) pidió al presidente Leonel Fernández, su intervención para acelerar la investigación en torno al secuestro y desaparición del periodista Narciso González.

En una visita a la Universidad Autónoma de Santo Domingo, cuando un grupo de estudiantes a coro le exigía la aclaración del caso de Narcisazo, el presidente Fernández afirmó: "Tengo motivos adicionales para que se haga justicia, con quien fuera mi profesor de primaria, por lo que la investigación de este caso no permanecerá oculta y de descubrirse, para los autores tampoco habrá impunidad".

¿Por qué el presidente Fernández no demuestra su nivel de compromiso en la lucha contra la impunidad procurando que sean arrestados y sometidos a la justicia los culpables de la desaparición y muerte de Narcisazo?

¿Es que los secuestradores y asesinos de Narcisazo son toros y vacas sagradas protegidas por un manto? La denuncia es el mejor antídoto para la epidemia que corroe nuestro Estado, la impunidad.

Seguimos esperando que se haga justicia contra uno de los mayores crímenes a la humanidad: la impunidad.

Como dice la canción de Víctor Manuel: “Puedo vivir sin gobierno, sin policías, sin héroes que me salven, pero no puedo vivir sin memoria, sin memoria de tantas cosas que he vivido”.