En esta nueva modalidad de reservar candidaturas, de ejercer la democracia con el dedo, pretenden dejar a la población sin uno de los defensores de los derechos humanos más autorizado y coherente. En las primarias del PLD, en la provincia de Barahona, el diputado Víctor Terrero ganó el cuarto lugar en la boleta. Este lugar se ha reservado. Ha sido prácticamente dejado fuera de la boleta de ese partido para los próximos comicios electorales del 2010.
En su trayectoria por el Congreso Nacional, el diputado Víctor Terrero, actual presidente de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputado ha defendido los derechos sexuales y reproductivos, el derecho a la salud, a los avances de la ciencia. Reconocido en Barahona y en el gremio médico por su apego a la ética del ejercicio profesional como ginecólogo obstetra. Para beneficio de nuestro país, por su compromiso y profesionalidad, el diputado Terrero fue elegido como Coordinador de la Red Parlamentaria por la salud de la mujer para América Latina (GPI). Orgullo de nuestro parlamento.
Para las mujeres de todo el país, el diputado Terrero representa la tenacidad, el compromiso con la ciencia, con la medicina basada en evidencia, el progreso sustentado en la institucionalidad. A pesar de los azotes de los religiosos más arcaicos, no se amilano, no entregó su prestigio profesional, defendió el derecho a la vida de las mujeres. Representante y defensor de Barahona, tierra de miseria y penurias, exportadora de mujeres al viejo continente, de adolescentes embarazadas, con altas tasas de mortalidad maternoinfantil y cifras espantosos de deserción escolar. Terrero defendió su quehacer, defendió las mujeres, su gente. Defendió la vida.
Vitico lavo la cara de su partido en el Congreso. Nuestra sociedad necesita diputados con el compromiso con las y los ciudadanos como el Dr. Terrero. Desde este espacio y en apoyo a la lucha por la vida, solicito no reservar el cuarto lugar que gano el diputado Terrero y otorgarle su puesto en la boleta electoral. Las mujeres y la sociedad dominicana lo necesitamos. No negociamos la voz más alta en defensa de las mujeres.