jueves, 3 de diciembre de 2009

Otra fuente de "feminicidios"

La industria de la belleza se ha convertido en otra fuente de feminicidios. Los medios de comunicación difunden la muerte de la Miss Argentina en 1994 Solange Magnano, fallecida por inyectarse una solución para aumentar los glúteos, la cual le ocasiono una embolia pulmonar. Alicia Ortega nos presenta mujeres con complicaciones fatales como consecuencias de cirugías estéticas. Otras mujeres con complicaciones no llegan a los medios de comunicación, pero ponen en riesgo su vida o mueren por una necesidad creada por el mercado. “Ser bellas como nos dicta la industria de la belleza”

La cirugía plástica, en cualquiera de sus variantes, no es una operación banal porque puede provocar la muerte de personas en perfecto estado de salud. Los médicos muestran fotografías de los resultados positivos de la cirugía plástica, pero pocos invierten el tiempo suficiente para dejar totalmente clara la información sobre los riesgos, de manera que la mujer tome una decisión sopesada y esté prevenida para una eventual complicación.

Algunas de las posibles complicaciones de un procedimiento quirúrgico como la cirugía plástica son: riesgos de anestesia; riesgos propios de la cirugía, como infecciones o seromas de la herida, cicatrización fea o queloides, embolia grasa -una parte de la la grasa va a parar al torrente sanguíneo causando la muerte-, hematomas, shock por perdida de sangre y otros fluidos corporales, lesiones de las coronarias y del músculo cardíaco que pueden llevar a paro cardíaco y por lo tanto a la muerte, etc.

Afortunadamente, las complicaciones no son frecuentes; pero por el hecho de que una sola mujer que entre a quirófano sana y llena de ilusiones, pueda morir o desgraciarse la vida por complicaciones que ella no conocía o no comprendía, es razón suficiente para que sea imprescindible que la mujer sea advertida antes de proceder a someterse a una cirugía de este tipo. Sugiero a la Sociedad de Cirugía Plástica presentar un informe donde se expongan los riesgos y exigir una reglamentación sobre topes de riesgos en estos procedimientos.

Simone de Beauvior decía: “perder la confianza en su propio cuerpo es perder la confianza en sí misma”. A las mujeres nos quieren mantener entretenidas con el cuerpo, quitándonos y poniéndonos cosas, mientras los hombres van detrás del poder.